Un equipo de investigación del Departamento de Mejora Genética Vegetal del Instituto de Agricultura Sostenible de Córdoba (IAS-CSIC), en colaboración con el Centro de Investigaciones Científicas y Tecnológicas de Extremadura (CICYTEX), ha realizado un estudio que revela la importancia de la genética en la cantidad de vitamina E y grasas saludables presentes en la quinoa. Esto permite la selección de variedades adaptadas al clima del sur y suroeste de España.
El estudio analizó más de un centenar de líneas de quinoa cultivadas durante dos años en campos experimentales de Córdoba y Guadajira (Badajoz). Los resultados, publicados en la revista Frontiers in Plant Science, muestran que algunos genotipos contienen niveles muy altos de tocoferoles y ácidos grasos insaturados, beneficiosos para la salud cardiovascular.
Esta investigación, financiada por la Consejería de Universidad, Investigación e Innovación de la Junta de Andalucía, el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades y Fondos FEDER, confirma el potencial de la quinoa como alimento funcional y su resistencia a la sequía en un contexto de cambio climático.
La quinoa, originaria de los Andes, ha ganado protagonismo internacional en los últimos tiempos por su valor nutricional y resistencia a condiciones extremas. En España, donde comenzó a introducirse hace una década, se ha convertido en el sexto exportador mundial según la base de datos de comercio global Comtrade de las Naciones Unidas.
El equipo de investigación trabajó con una colección de más de 300 accesiones de distintos países y diversidad genética, seleccionando 216 para sembrar durante dos años en dos centros de ensayo. Tras el análisis, se identificaron 126 líneas estables con características nutricionales destacadas.
Los hallazgos del estudio mostraron una gran variabilidad entre los genotipos, con algunos destacando por su alto contenido de α-tocoferol y otros por su predominancia en γ-tocoferol. La heredabilidad de ciertos compuestos saludables fue alta, lo que sugiere que la genética influye más que el ambiente en su presencia.
Además, se encontró una correlación positiva entre el contenido de aceite y la cantidad de tocoferoles, lo que abre la puerta a la mejora simultánea de ambos rasgos. También se observaron diferencias por origen geográfico, con semillas de Chile y Estados Unidos mostrando mayor proporción de α-tocoferol, mientras que las de Perú y Bolivia tenían más γ-tocoferol.
Con estos resultados, el equipo podrá seleccionar las líneas más estables para garantizar la producción en secano y avanzar en la identificación de marcadores genéticos asociados a los compuestos más beneficiosos. El objetivo final es desarrollar variedades de quinoa mejoradas que sean rentables para los agricultores y atractivas para el mercado.
FUENTE